Me niego a titularlo "La niña de la foto". Me gusta más poner el nombre de esta mujer que es toda una luchadora de la paz y de los derechos de los niños que sufren la violencia y la guerra.
Saco esta información de la revista en la que trabaja mi compañero Txomin. Me refiero a la revista SIGNO (de Acción Católica). En un artículo muy interesante, la propia Kim cuenta su historia. Ella es la niña de 9 años que aparece desnuda en la foto tras un bombardeo con napalm el 8 de junio de 1972 en un pueblo vietnamita. El autor de la fotografía tras captar esta imagen -ganó el premio Pulitzer- trasladó a Kim a un hospital, salvándole la vida. Ahora vive en Canadá. Se convirtió al cristianismo. Preside una fundación con su nombre que ayuda a los niños víctimas de la guerra (http://www.kimfoundation.com/).
Más que contar toda su historia, pienso que sería más interesante poner lo que ella misma dice de su experiencia vital:
"Algunas veces sucede algo terrible en nuestras vidas...y gracias a Dios, esa experiencia te puede ayudar a ser más fuerte. Esa es la primera lección: aprendí a ser fuerte aunque doliera tanto. El agua hierve a 100ºC, pero el napalm genera temperaturas de 800 a 1200ºC. Cuando mis padres me encontraron, días después del bombardeo, estaba inconsciente en un cuarto, me habían dejado allí para morir. Pero el milagro ocurrió. Un doctor me trasladó a una clínica de quemaduras de Saigon.
Otra lección que aprendí fue la importancia del amor y el trabajar juntos. La compasión de los doctores, las enfermereas y mi familia fue muy grande. Y cuando volví a casa todas mi familia estaba allí para ayudarme con masajes, con su presencia...
Después de la guerra lo perdimos todo. Pero tuvimos suerte y trabajamos juntos y pudimos reconstruir nuestra vida. La lección que aprendí fue que puedes perderlo todo, pero si tienes el amor de tu familia y el de Dios lo tienes todo. Lo más difícil fue aprender a perdonar. Primero aprendí a ser positiva y optimista en vez de pensar negativamente. Y después reflexioné lo que dice Jesús de "amar a nuestros enemigos". Cuando leí esto la primera vez no sabía cómo hacerlo. Pensaba que era muy difícil. Recé mucho, no es fácil perdonar, y yo tenía que hacerlo a diario. Y así lo hice, y finalmente, perdoné. Aprendí que no debo tener odio en mi corazón. Cuando cayeron aquellas bombas yo estaba en medio, pude haber muerto, haberme quemado completamente... pero no, mis manos y mis pies siguen siendo hermosas. Supe que Dios tiene el poder de cambiar la vida. El perdonó mis pecados, y yo le pedí que me enseñara cómo perdonar y amar a mis enemigos. ¿Cómo podemos aplicar el perdón a nuestras propias vidas? Si la niña de la foto pudo aprender a perdonar ustedes también pueden. Mi vida debe mostrarles que el perdón es más poderoso que cualquier arma del mundo".
Saco esta información de la revista en la que trabaja mi compañero Txomin. Me refiero a la revista SIGNO (de Acción Católica). En un artículo muy interesante, la propia Kim cuenta su historia. Ella es la niña de 9 años que aparece desnuda en la foto tras un bombardeo con napalm el 8 de junio de 1972 en un pueblo vietnamita. El autor de la fotografía tras captar esta imagen -ganó el premio Pulitzer- trasladó a Kim a un hospital, salvándole la vida. Ahora vive en Canadá. Se convirtió al cristianismo. Preside una fundación con su nombre que ayuda a los niños víctimas de la guerra (http://www.kimfoundation.com/).
Más que contar toda su historia, pienso que sería más interesante poner lo que ella misma dice de su experiencia vital:
"Algunas veces sucede algo terrible en nuestras vidas...y gracias a Dios, esa experiencia te puede ayudar a ser más fuerte. Esa es la primera lección: aprendí a ser fuerte aunque doliera tanto. El agua hierve a 100ºC, pero el napalm genera temperaturas de 800 a 1200ºC. Cuando mis padres me encontraron, días después del bombardeo, estaba inconsciente en un cuarto, me habían dejado allí para morir. Pero el milagro ocurrió. Un doctor me trasladó a una clínica de quemaduras de Saigon.
Otra lección que aprendí fue la importancia del amor y el trabajar juntos. La compasión de los doctores, las enfermereas y mi familia fue muy grande. Y cuando volví a casa todas mi familia estaba allí para ayudarme con masajes, con su presencia...
Después de la guerra lo perdimos todo. Pero tuvimos suerte y trabajamos juntos y pudimos reconstruir nuestra vida. La lección que aprendí fue que puedes perderlo todo, pero si tienes el amor de tu familia y el de Dios lo tienes todo. Lo más difícil fue aprender a perdonar. Primero aprendí a ser positiva y optimista en vez de pensar negativamente. Y después reflexioné lo que dice Jesús de "amar a nuestros enemigos". Cuando leí esto la primera vez no sabía cómo hacerlo. Pensaba que era muy difícil. Recé mucho, no es fácil perdonar, y yo tenía que hacerlo a diario. Y así lo hice, y finalmente, perdoné. Aprendí que no debo tener odio en mi corazón. Cuando cayeron aquellas bombas yo estaba en medio, pude haber muerto, haberme quemado completamente... pero no, mis manos y mis pies siguen siendo hermosas. Supe que Dios tiene el poder de cambiar la vida. El perdonó mis pecados, y yo le pedí que me enseñara cómo perdonar y amar a mis enemigos. ¿Cómo podemos aplicar el perdón a nuestras propias vidas? Si la niña de la foto pudo aprender a perdonar ustedes también pueden. Mi vida debe mostrarles que el perdón es más poderoso que cualquier arma del mundo".
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